Cambia algunos hábitos y no tendrás problemas financieros

Cambia algunos hábitos y no caerá en problemas financieros

Las personas, por el solo hecho de crecer en sociedad, adquirimos hábitos buenos y malos. Un hábito es una conducta aprendida por repetición y que ponemos en práctica de manera inconsciente, pero que, si así lo decidimos, podemos cambiar o eliminar conscientemente, y cambiar el rumbo de nuestras vidas.


Los buenos hábitos nos han ayudado a evitar y superar limitaciones personales o ambientales y a posicionarnos mejor social y financieramente. 

En el plano financiero, los buenos hábitos conducen al sendero seguro del ahorro, de las compras prudentes, de las inversiones bien hechas, de la disponibilidad de dinero para emergencias. Si una persona adquiere, por ejemplo, el sano hábito del ahorro mientras es joven, tomar decisiones bien pensadas acerca de su dinero se convertirá en algo natural.
 
Por el contrario, los malos hábitos financieros nos impiden ahorrar y crear un patrimonio, y nos llevan a endeudarnos en demasía.
 
Para cambiar los hábitos mafos, debemos reconocerlos como tales y aceptarlos. Tome una hoja de papel y divídala en dos partes. 

En una, anote todos los hábitos positivos que le han ayudado en su vida, y en el otro lado, los hábitos negativos que le han situado en posiciones problemáticas. ¿Cuáles predominan? ¿Sabe usted cuándo y cómo adquirió tal hábito? Estos hábitos ¿le hace sentir bien o mal? Revisar críticamente nuestros hábitos es un gran comienzo para ir cambiando nuestra vida y nuestro futuro. 

Hacer este análisis le permitirá darse cuenta de que los buenos hábitos financieros son principalmente cuestión de planificación, definición de metas y autocontrol.
 
1. Vivir según nuestros límites. Es decir, comprar solamente lo que podemos pagar, evitar deudas y siempre tener algo ahorrado para vacas flacas. Vivir dentro de los propios límites sugiere que esperemos hasta tener el dinero para comprar algo, que necesitamos, no que deseamos.
 
2. Planificar la satisfacción de necesidades. Si nos tomamos el tiempo para realizar las compras, ahorramos mucho dinero. Si vemos que pronto tendremos que cambiar una rueda del carro, de repente estaremos más conscientes de las ventas y ofertas de llantas que hay a nuestro alrededor. Previendo necesidades también evitamos compras impulsivas. Aprender a tener paciencia, a esperar y a hacer cosas que nos acerquen a nuestra meta es un hábito asociado con esta idea de planificar y es una señal de madurez y control de impulsos.
 
3. No ir de compras si no tenemos dinero. Ir de compras se ha convertido en un pasatiempo favorito para millones de personas en muchos países y no necesariamente para adquirir productos o servicios que realmente necesitamos. La actividad de ir de compras llena para muchas personas necesidades sociales y de autoestima, más que necesidades reales. Evite ir de compras con sus tarjetas de crédito en la cartera cuando se sienta solo, triste o deprimido.
 
4. Esfuércese por buscar cosas buenas al mejor precio. Hay varias maneras de buscar precios de oferta: pedidos por catálogo, tiendas que venden mercancías con descuento, hacer comparaciones de precios por teléfono, regatear, preguntar por descuentos por artículos con desperfectos, etc.

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Nota

Esta página solamente procura brindarle información y un panorama muy general sobre el mundo de las inversiones y no pretende inducirle a tomar decisiones de inversión, forma de ahorro o ganar dinero basándose en el texto presentado.