En el supermercado gastamos una buena parte de nuestro presupuesto mensual. Sin embargo, muchos nos preguntamos cómo podemos ahorrar más al realizar estas compras.
Tal vez la clave consiste en comprar guiados por la cabeza y no por el corazón (impulsos o la improvisación) Veamos algunos consejos para comprar mejor y pagar menos:
Haga la lista de la compra antes de salir. De ese modo adquirirá los productos que realmente le hacen falta, y le resultará más fácil evitar las compras impulsivas, llevarse más de lo que necesita y caer en las tentaciones de los estantes.
Ponga atención a las ofertas. Siempre es interesante aprovechar las promociones, rebajas y descuentos, e incluso puede preguntar a los empleados cuándo es mejor comprar determinados productos. Pero, ¡cuidado! Piense que están allí para captar clientes. Si acude a un lugar porque ha visto un producto muy rebajado (vegetales, productos enlatados, etc.) y hace toda la compra allí, seguro que está perdiendo por un lado lo que se ha ahorrado por el otro. Y compre sólo lo que va a consumir, en vez de adquirirlo "por si acaso, ya que está rebajado...".
Mire bien todos los estantes. Habitualmente, lo más asequible está en las baldas más altas o mas bajas de los estantes de los supermercados, mientras que en las que se hallan a la altura de la vista o las manos del consumidor suelen colocarse los productos más caros, porque está demostrado que se venden más cuando se ubican en esas posiciones.
Tenga cuidado con las "trampas". En los lugares de paso obligado de los supermercados, como las puertas, cruces de pasillos, el mostrador y las cajas, se suele colocar productos que no necesita. Evite que el aburrimiento o el desdén le hagan "picar en esos anzuelos" estratégicamente situados.
Compare los precios por peso y volumen. No se fije sólo en lo que cuesta un envase, porque a lo mejor es más costoso porque contiene más cantidad de producto. A la inversa, tenga en cuenta que no siempre el tamaño más grande de producto resulta el más económico: ¡utilice la calculadora y podrá comprobarlo!
Evite salir de compras con hambre o con los niños. Si compra en solitario evitará muchas tentaciones, lloriqueos, ruegos y nervios que pueden hacerle perder el control. Si además acude con el estómago lleno en lugar de vacío, analizará las cosas con más realismo, ya que cuando se compra con apetito, todo lo que adquiera le parecerá poco y lo que vea le resultará apetecible.
Mire bien los precios. Es aconsejable hacer la compra una vez por semana, comparando antes los precios de varios supermercados. Recuerde que los productos envasados suelen estar más baratos en unos establecimientos y los frescos en otros. Si compra en varios sitios -aunque sin dispersarse en exceso, ya que ello es contraproducente- podrá beneficiarse de más ofertas a la vez
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