Una nueva forma de esclavitud: El endeudamiento y cómo evitarlo

El endeudamiento es como una forma de esclavitud moderna y, en muchos casos, elegida sin mucha reflexión. Pero, ¿qué hacer ante este panorama tan inquietante? He aquí algunos consejos:

No desesperarse ni tomar decisiones "apresuradas", impulsado por el pánico. Muchas deudas son el resultado de iniciativas sanas; las que fueron orientadas a la búsqueda de ganancias a través de inversiones y oportunidades de negocios. Algunas son por emergencias hogareñas. No son malas deudas, en e sentido de los motivos que las generaron.

En tanto, las deudas "malas" son aquellas motivadas por acciones que no nos producen más satisfacciones pasajeras. Deudas del consumidor, generalmente por el uso indiscriminado e irreflexivo de las tarjetas de crédito, para satisfacer deseos y no necesidades reales. Quizás para "parecer" o "aparentar" más que por una real necesidad. Son deudas que no se originan en emergencias o en oportunidades de progreso, si no el resultado del deseo de adquirir o hacer algo que nuestras entradas habituales no nos permiten financiar, como un viaje de automóvil de turismo, un año, una fiesta extravagante, un vestido de última moda; en fin, la lista podría ser interminable.

Evite continuar endeudándose a corto, mediano o largo plazo. Dice el apóstol San Pablo, "Pagad a todos lo que debéis... No debáis a nadie nada" (Romanos 13:7, 8). Por su parte, el sabio Salomón dijo: "El que toma prestado, es siervo del que presta" (Proverbios 22:7). Por lo visto, los seres humanos no hemos aprendido mucho sobre usar el dinero con mesura, con prudencia y los sabios consejos de esos grandes pensadores, han sido ignorados una y otra vez, por cristianos practicantes y muchos otros.

Las deudas a largo plazo son populares. La gente que compra una casa, lo hace por lo general endeudándose por 20, 30 años. Al final paga casi entre dos y media a tres y media veces por esa casa. En el Japón, algunos bancos han comenzado a prestar dinero para casas ¡a 100 años! y aquí tenemos préstamos personales a 14 años. Si usted adquiere una propiedad o un préstamo en esos términos, la terminarán de pagar sus nietos o biznietos.

Revise su autoestima, su estilo de vida, sus valores personales: Empiece a creer en valores eternos y a practicarlos. No viva la vida que otros le imponen. Ponga de moda en su vida la humildad, la autodisciplina, la abnegación, la prudencia, el sentido de la responsabilidad, el buen criterio, la madurez, el sano juicio y el control sobre sus impulsos para postergar la búsqueda de satisfacción inmediata. Muchas personas viven bajo la tiranía del "ya", del "de inmediato" y por ello, se endeudan irremediablemente. Hoy más que ayer estos principios y valores tienen mucha validez y no debemos dejarlos fuera de nuestras vidas.

No se deje engañar por estribillos tales como "ahorre y compre dos por el precio de uno", "llévelo y empiece a pagarlo en X mes". Sí, suenan atractivos, pero son como un par de esposas de altos intereses. Nadie ie regala nada a usted, cuando de dinero se trata. Multiplique el costo quincenal por la cantidad de quincenas que pagará y tendrá entonces una visión real de cuánto le cuesta la "gran oferta". El que le financia algo, es a su vez financiado y, por ello, tanto usted como aque pagarán intereses que son pasados de un punto a otro, en cadena.

Compre una propiedad con un préstamo de 60 mil dólares al 1 2% de interés por 30 años, y "solo" pagará en intereses durante ese tiempo B/. 162.181,20. Ahora súmele los 60,000,00. Además su "propiedad" es tal, sólo cuando haya pagado al banco B/. 222,181.20; no antes. Antes no tiene sino una deuda.

Ahorre, ahorre, ahorre.
Nadie ahorra gastando, por lo que es obvio que no deberá creer en pregones publicitarios tales como "compre dos por el precio de uno y ahorre". No espere a salir de deudas para horrar. El ahorro tiene muchas formas y colores y por qué no empezar con algo, aunque no sea grande.

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Nota

Esta página solamente procura brindarle información y un panorama muy general sobre el mundo de las inversiones y no pretende inducirle a tomar decisiones de inversión, forma de ahorro o ganar dinero basándose en el texto presentado.