Las compras compulsivas y las deudas

Soy un(a) comprador(a) compulsivo(a)?
Muchas personas se preguntan de forma constante ¿Por qué no puedo ahorrar ni un centavo y, más bien, tengo deudas? 


Puede que no se trate que estén ganando un salario muy bajo sino más bien que compran cosas que realmente no necesitan.

En este caso, puede, lo más probable, que estén comprando de forma compulsiva lo que acarrea, a final de cuentas, muchos problemas financieros. Entonces surge la siguiente pregunta: ¿Qué hacer para solucionarlo?

La compra compulsiva
 
Esto es un tipo de dependencia sin sustancia que ataca más a mujeres que a hombres, sin importar su edad o condición social. Se caracteriza por un deseo irresistible de comprar, una tensión creciente que solo se alivia una vez hayamos comprado algo, independientemente de su necesidad o costo. 

Se trata, inconscientemente, de encontrar alivio y satisfacción, como una forma de descarga ante una situación adversa. Este tipo de compradoras paga sus compras mediante alguna tarjeta o sistema de crédito, pierde la dimensión de sus gastos y de sus deudas y no se puede arrepentir hasta que les llega el estado de cuenta. Entonces se encuentran de nuevo ante un sentimiento desagradable que buscarán evitar. ¿Cómo? Comprando cualquier cosa a través del medio que sea.
 
Los psicólogos y psiquiatras que durante años han estudiado este tema, lo catalogan como una adicción sin sustancia, y como tal, piensan y recomiendan que la persona que le sufre, busque ayuda terapéutica. Estas personas sienten el deseo de comprar después de una ruptura amorosa, de un conflicto familiar o ante cualquier problema que afecte su estado de ánimo. Buscan cualquier cosa atrayente en la tienda o en el centro comercial, no importa que tengan dos iguales en casa. 

Luego de la compra, estas personas tienen un horrible sentimiento de rabia, coraje o venganza ante la conciencia de haber comprado sin necesitar hacerlo, ante el hecho de haber gastado dinero sin tener control, ante la insatisfacción que rodea su vida, gastando más de lo que tienen en objetos que no necesitan.
 
Al momento de comprar, no obstante, sintieron un estado de euforia, que a medida que se acercan al hogar, va disminuyendo y siendo reemplazado por ese horrible sentimiento de culpa que les lleva a ocultar lo comprado, a destruir las evidencias (facturas, garantías, bolsas). 

La relación de la compra compulsiva -como adicción-, tiene que ver con la autoestima, ya que se busca un mejor estado de ánimo a través de la compra, olvidando que por más artículo y prendas caras que porte, su bienestar será efímero, ya que cualquier dificultad consigo mismo debe solucionarse desde su interior. 

Hombres y mujeres compran compulsivamente cosas diferentes. Las mujeres se vuelven locas con zapatos, cosméticos, ropa, accesorios, perfumería, joyería y pequeños artículos para la casa, incluyendo objetos decorativos.
 
Los hombres, a su vez, compran sin control aparatos electrónicos, cd de música y accesorios para el carro, herramientas, libros y objetos tecnológicos. Como algunos son coleccionistas, es fácil esconder la compra por compulsión.
 
Como toda adicción, la compra compulsiva tiene efectos que pueden llegar a ser irreparables: inestabilidad emocional, discusiones familiares, abandono de la familia, divorcios, grandes deudas, pequeños robos. 

Según los especialistas, las causas de esta conducta podrían situarse en la esfera de una depresión enmascarada en la falta de comunicación y de confianza familiar, ya que a menudo sus seres queridos ni siquiera han notado esta conducta adictiva. Lo más prudente e inteligente es buscar ayuda. 

Adicional a esta decisión, la compradora compulsiva podría salir de casa a pasear, pero no a centros comerciales o tiendas; buscarse alguna ocupación que la distraiga de comprar; dejar tarjetas de crédito y dinero en exceso en la casa; hablar más con la familia sobre esta situación; dejar de ver sitios de compra en internet o canales de compra en televisión por cable; iniciar algún plan de acondicionamiento físico; visitar enfermos o gente a la que pueda brindar calor humano, cuidado y comunicación; mirar las vidrieras de tiendas cuando éstas están cerradas. 

Piense y trate de controlar dichos impulsos, sabiendo que son difíciles de manejar. Revise las cosas que ha comprado últimamente. ¿Las necesitaba? Empiece por allí y deje de engañarse diciendo que es algo pasajero, que fue solo un impulso.

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Nota

Esta página solamente procura brindarle información y un panorama muy general sobre el mundo de las inversiones y no pretende inducirle a tomar decisiones de inversión, forma de ahorro o ganar dinero basándose en el texto presentado.