Si estamos reformando nuestra casa, una buena planificación de las obras nos permitirá conseguir un importante ahorro. A continuación algunas claves para lograrlo.
Contemplar qué parte del trabajo podemos hacer nosotros mismos. Por ejemplo, si se está haciendo una habitación nueva, se puede pintar cuando esté terminada como parte de una actividad familiar.
Analizar cuidadosamente si en el trabajo que se va a hacer existen alternativas menos costosas: pueden existir materiales novedosos que aún no conocemos. Planificar todo antes de comenzar la obra para no tener que hacer cambios una vez iniciada: cambiar sobre la marcha casi siempre dispara los costos.
Pedir presupuestos de diferentes constructores. Buscar precios en distintos proveedores para los materiales más caros. Muchos contratistas agregan un sobreprecio cuando los compran directamente.
Tratar de programar el trabajo en "temporada baja". Por ejemplo, instalar la calefacción en verano. Con la mayor anticipación posible, empezar a buscar materiales en oferta o liquidación.
Controlar que el contrato incluya desde el principio todo el trabajo a realizarse, y que el precio corresponda a! trabajo completo.
No firmar ningún contrato que requiera entregar la totalidad del pago antes de terminada completamente la obra, y siempre tratar de reducir la cantidad de dinero que se entrega a cuenta.
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